Episodio 43: Anacronismos en el Libro de Mormón, parte 1

Anacronismos y otros problemas con el Libro de Mormón

Críticos del Libro de Mormón han notado que hay muchos problemas tanto internos como externos con el libro. Los problemas externos se refieren a diferencias entre lo que afirma el libro y lo que la historia y la ciencia muestran. Estas inconsistencias históricas se llaman “anacronismos”.

Encarcelamiento de Jeremías

Uno de los anacronismos más citados se refiere al encarcelamiento del profeta Jeremías. 1 Nefi 7:14 dice, “han rechazado a los profetas y han arrojado a Jeremías en una prisión”. El problema es que Jeremías fue encarcelado en el octavo año del reinado de Sedequías (Jeremías 32: 1-2), mientras que la familia de Lehi se fue de Jerusalén el primer año del mismo reinado (1 Nefi 1:4). ¿Fue entonces que Nefi tuvo una visión de lo que pasaría en el futuro? Desde un punto de vista teológico, todo es posible, pero desde un punto de vista histórico esto presenta un problema para la historicidad del Libro de Mormón.

El sitio oficial de FairMormon dice que no hay ninguna contradicción: Jeremías fue encarcelado dos veces, una vez en el octavo año, otra vez antes de que la familia de Lehi se fuera de Jerusalén. Otra explicación tiene que ver con el hecho de que Lehi y su familia vivieron en una tienda fuera de Jerusalén, y después de ese tiempo tuvieron que volver a buscar las planchas y a las hijas de Ismael, y ahí fue cuando Nefi se enteró de que Jeremías había sido capturado (http://www.hunterscastle.com/ans_anar.htm).

Jeremías fue encarcelado unos 8 años después
de la salida de Nefi de Jerusalén por primera
vez
Si bien estas son explicaciones plausibles, no están libres de problemas. Por ejemplo, es cierto que la Biblia dice que Jeremías fue encarcelado dos veces: la primera vez que se menciona esto es en el capítulo 32, el cual data el encarcelamiento al octavo año del reino de Sedequías. La segunda vez se menciona en los capítulos 37 y 38. Basado en esto, uno tendría que asumir que el segundo encarcelamiento de Jeremías sucedió mucho tiempo más tarde de la fecha en que Lehi se fue de Jerusalén, por lo que esta explicación no explica nada. Pero la gente de FairMormon tiene una respuesta para esto también: La Biblia no está escrita en orden cronológico, por lo tanto ¡el segundo encarcelamiento tal vez sucedió antes que el primero! Si esto no es tratar de hacer acrobacias mentales para tratar de hacer que todo armonice, no sé qué es.

Ahora, supongamos que la segunda explicación es correcta, es decir que Lehi y su familia estuvieron en el desierto hasta que decidieron volver para buscar las planchas, esto querría decir que les tomó entre siete y ocho años para darse cuenta de que se habían olvidado las planchas y que Nefi y sus hermanos y hermanas necesitaban gente con quien casarse (como nota aparte, ¿no es un dato impresionante que Lehi tenía el mismo de número de hijos que Ismael, excepto que en proporción inversa? Es decir, si Lehi tenía cinco hijos varones y tres hijas mujeres, ¡Ismael tenía tres hijos varones y cinco hijas mujeres! O tal vez seis hijas mujeres, ya que una de sus hijas se casó con Zoram, el siervo de Labán).

Citas de Isaías

El Libro de Mormón contiene extensas citas del libro de Isaías. De hecho, en un artículo en la revista Ensign, Garold N. Davis hace una pregunta muy interesante: “¿Por qué incluiría Mormón 21 capítulos casi completos de Isaías en el Libro de Mormón?” Su respuesta, como es de esperar, dice que esto fue para: 1. corregir los errores de traducción en la versión en inglés del rey Santiago (a pesar de que esta traducción no existía en la época de Mormón, pero como dijimos antes, si consideramos que Dios había anticipado esto, entonces todo es posible), y 2. el Libro de Mormón incluye comentarios a Isaías, lo cual es de gran beneficio para el lector moderno (https://www.lds.org/ensign/1998/09/book-of-mormon-commentary-on-isaiah?lang=eng).

¿Isaías o deutero-Isaías?
Algo poco discutido en los estudios bíblicos ortodoxos es que “[l]a erudición moderna considera que el libro de Isaías es una antología, las dos composiciones principales de las cuales son el libro de Isaías en sí (los capítulos 1-39 , con algunas excepciones), que contiene las palabras del profeta Isaías mismo, el cual data de la época del primer templo, alrededor del año 700 a.C., y el Segundo Isaías (Deutero-Isaías, capítulos 40 a 66), que comprende las palabras de un profeta anónimo, que vivió unos ciento cincuenta años más tarde, en la época del exilio babilónico y la restauración de templo en el período persa.”

Una prueba de la diferente autoría del libro de Isaías fue presentada en la universidad de Chicago, en la que un estudio del lenguaje del libro de Isaías comparado con el deutero-Isaías muestra que son muy diferentes, no solo en el uso del idioma, sino en el estilo. ¿Cómo podía entonces Lehi tener escrituras que no se escribirían por 50 años más?

La explicación apologista para estos problemas es muy simple: primero que nada, los eruditos simplemente están equivocados al pensar que hay dos libros de Isaías, después de todo, profesores de BYU lo estudiaron en detalle y no encontraron nada que contradiga la historia del Libro de Mormón. Segundo, el que el libro de Isaías y el deutero-Isaías usen dos vocabularios y dos estilos diferentes no es prueba de que hayan sido escritos por dos autores diferentes (¡!). (http://www.fairmormon.org/perspectives/publications/deutero-isaiah-in-the-book-of-mormon)

El artículo de FairMormon concluye con una declaración que prácticamente hace que sus explicaciones sean superfluas: “Si uno acepta la veracidad del Libro de Mormón, no hay ningún problema con el Deutero-Isaias”. Esta declaración es extendida con esta gema de lógica: “Malaquías fue escrito después que Lehi se fuera de Jerusalén—nadie disputa eso—así que los nefitas no podrían haber tenido esa escritura en las planchas de bronce. Jesus, de hecho, instruyó a los nefitas a que incluyeran Malaquías 3-4 con sus escrituras, y él se las dictó. Él también les dictó un mensaje que también tenemos en otra forma: Mateo 5-7 (3 Nefi 12-14)”. Esto tiene sentido ahora.

¡Por supuesto! ¡Ahora todo está claro! Si hay escrituras bíblicas en el Libro de Mormón que fueron escritas después de la partida de Lehi de Jerusalén, es porque el Señor se las dictó. Lo que nos tenemos que preguntar, entonces, es por qué Dios le instruyó a Nefi y hermanos a que se tomaran la molestia de regresar a Jerusalén para obtener las planchas, eventualmente haciendo que Nefi asesinara a Labán en sangre fría. Lehi estaba ansioso de obtener las planchas porque quería preservar “para nuestros hijos el idioma de nuestros padres” (1 Nefi 3:19) y “las palabras que han salido de la boca de todos los santos profetas, las cuales les han sido dadas por el Espíritu y poder de Dios, desde el principio del mundo, hasta el día de hoy” (20). ¿No podría Dios simplemente “dictarle” las palabras que necesitaba saber para preservar la lengua y la doctrina? ¿Y por qué era tan importante preservar el idioma? Los idiomas cambian constantemente, e incluso el idioma de la Biblia es tan complicado para un lector moderno que está reservado a un grupo pequeño de eruditos. Además, considerando que los nefitas eventualmente fueron destruidos y sólo los “inmundos y repulsivos” lamanitas (Mormón 5:15) sobrevivieron, pareciera ser que estas escrituras no fueron de demasiado provecho. Finalmente, si la razón para asesinar a Labán fue porque “Es preferible que muera un hombre a dejar que una nación degenere y perezca en la incredulidad” (4:13), entonces pareciera que Dios no habría tenido la capacidad de dictarle las escrituras a Lehi. Si lo hubiera podido hacer, entonces no hubiera forzado a Nefi a cometer un crimen tan horrible, obligándolo a romper lo que es tal vez el mandamiento más básico: no matarás. Nefi mismo nos dice que Jerusalén iba a ser destruida (3:17), entonces ¿para qué hacerlo hacer algo tan horrorífico cuando Labán iba a morir de todas maneras?

(Si uno realmente quiere explorar la ridiculez de este episodio, sólo tiene que considerar lo siguiente: Nefi degolló a Labán. Un cuello humano es muy fuerte: es una masa densa de huesos, cartílagos, carne, músculos, etc., sin mencionar las arterias principales que transmiten sangre a la cabeza. Esto significa que Nefi tendría que haber masacrado al pobre Labán, y la sangre hubiera sido más que abundante. Sin embargo, después de semejante carnicería, Nefi se pone el traje de Labán ¡y nadie nota que está bañado en sangre! Los productores de la película The Book of Mormón Movie se dan cuenta de esta falla en la lógica y la corrigen, cambiando lo que es considerado para ellos ‘el libro más correcto en toda la tierra’ haciendo que Nefi desvista a Labán antes de masacrarlo a machetazos.)

Sinagoga de Capernaum
La palabra “sinagoga” aparece al menos 23 veces en el Libro de Mormón. Según la guía para el estudio de las escrituras, en LDS.org, una sinagoga es un “[c]entro de reunión para fines religiosos”. Y “[h]abía sinagogas en todo pueblo en el que había judíos, tanto en Palestina como en otras partes. Eso probó ser una gran ayuda para la expansión del Evangelio de Jesucristo, pues por lo general los primeros misioneros cristianos podían hablar allí y proclamar la palabra de Dios”. (https://www.lds.org/scriptures/gs/synagogue?lang=spa) ¿El problema? La sinagoga más antigua que se ha encontrado data del tercer siglo a.C.. (Donald D. Binder, Into the Temple Courts: The Place of the Synagogues in the Second Temple Period), 300 años después de la salida de la familia de Lehi de Jerusalén. ¿Tal vez Jesús le “dictó” a Nefi lo que era una sinagoga?

¿Qué ley siguieron los nefitas?
Según Nefi y Alma, los fieles seguidores de Dios en las Américas obedecieron la ley de Moisés (las fechas están sacadas de las cabeceras de los capítulos):

Y nos afanamos por cumplir con los juicios, y los estatutos y mandamientos del Señor en todas las cosas, según la ley de Moisés. (Aproximadamente 588—559 a.C.) (2 Nefi 5: 10)
[Y] a pesar de que creemos en Cristo, observamos la ley de Moisés, y esperamos anhelosamente y con firmeza en Cristo, hasta que la ley sea cumplida. Pues para este fin se dio la ley; por tanto, para nosotros la ley ha muerto, y somos vivificados en Cristo a causa de nuestra fe; guardamos, empero, la ley, a causa de los mandamientos. (559—545 a.C.) (2 Nefi 25: 24-25)

Sí, y el pueblo se esforzaba en guardar los mandamientos del Señor; y obedecía estrictamente las ordenanzas de Dios, según la ley de Moisés; porque se le enseñaba a observar la ley de Moisés hasta que fuese cumplida. (Aproximadamente 76—74 a.C.) (Alma 30:3) (El énfasis es mío)
Sin embargo, a pesar de esperar “anhelosamente y con firmeza en Cristo, hasta que la ley sea cumplida”, los nefitas ya practicaban la cristiandad cientos de años antes de que Cristo naciera.
Y él manda a todos los hombres que se arrepientan y se bauticen en su nombre, teniendo perfecta fe en el Santo de Israel, o no pueden ser salvos en el reino de Dios. (Aproximadamente 559—545 a.C.,) (2 Nefi 9:23)

Y fueron llamados la iglesia de Dios, o la iglesia de Cristo, desde ese tiempo en adelante. Y aconteció que quienquiera que era bautizado por el poder y autoridad de Dios, era agregado a su iglesia. (147—145 a.C.,) (Mosíah 18:17)
También sabemos que Alma bautizó en las Aguas de Mormón (Mosíah 18.8-10), y hasta se bautizó a sí mismo (18:4). Estas dos leyes son guardadas entonces de manera casi esquizofrénica, aún décadas o siglos antes de que tales leyes hubieran sido creadas. El problema es que la primera mención del bautismo en la Biblia es en conexión con Juan el Bautista. Si obedecer la ley del bautismo y el resto de las leyes introducidas por los cristianos era tan esencial, ¿por qué no se introdujeron en todo el mundo al mismo tiempo? ¿Y por qué algunos siguieron obedeciendo la ley de Moisés, y esperando el cumplimiento de la misma, si la ley de Cristo ya había sido establecida en la tierra? Pero si leemos atentamente, Jesús mismo se le apareció a los nefitas, y en ese momento “les dio poder para bautizar” y les enseñó la manera correcta de hacerlo (3 Nefi 11:21—2). ¿Por qué tenía Jesús necesidad de venir a las Américas y establecer esto si los nefitas lo habían venido haciendo por casi 600 años?

Alma bautizando en las Aguas de Mormón
Es una suerte que el alma de Nefi “se deleita en la claridad para con mi pueblo” (2 Nefi 25:4). ¡Uno sólo tendría que imaginarse el dolor de cabeza que sufriría al leer esto si hubieran preferido no ser claros!

Lingüística

1 Nefi 1:2 dice que el Libro de Mormón está escrito en “el lenguaje de mi padre, que se compone de la ciencia de los judíos y el idioma de los egipcios”. Es difícil entender de qué está hablando aquí Nefi, pero las menciones al lenguaje nefita continúan. Mormón 9:32 al 34 dice: “Y he aquí, hemos escrito estos anales según nuestro conocimiento, en los caracteres que entre nosotros se llaman egipcio reformado; y los hemos transmitido y alterado conforme a nuestra manera de hablar . . . Y si nuestras planchas hubiesen sido suficientemente amplias, habríamos escrito en hebreo; pero también hemos alterado el hebreo; y si hubiésemos podido escribir en hebreo, he aquí, no habríais tenido ninguna imperfección en nuestros anales.  . . . ningún otro pueblo conoce nuestra lengua[.] de Nuevo, es difícil entender de qué se está hablando, pero aquí Daniel Peterson, apologista mormón, viene al rescate con una teoría que él inventó, pero que tiene tanto sentido como cualquier otra.

Según Peterson, el Libro de Mormón estaba escrito en hebreo pero con letras (jeroglíficos) griegas. (Daniel Peterson, Evidences and Witnesses of the Book of Mormon) Eso me recuerda a cuando les dije a mis alumnos que en el secundario estudié griego, el problema es que lo único que me acordaba de los tres años que estudié, era el alfabeto, y para hacerme ver, escribía los nombres de algunos estudiantes en griego, pero no era realmente griego, eran sus nombres normales pero con letras griegas. Y así, por ejemplo, en vez de escribir “Andrés” con las letras romanas “a,” “n,” “d,” etc., lo escribía con la alfa, nu, delta, etc. Esto es lo que Peterson está diciendo.

Según lo que podemos deducir del libro, el idioma no cambió en los mil años que abarcan la historia del Libro de Mormón. 470 años después de la partida de Jerusalén, Mosías enseñó a su gente de las planchas de bronce (Mosías 1:4), y en el 35 año d.C.—650 años después del éxodo lehita—se hace referencia a las enseñanzas de los profetas Zenós y Zenoc (esta escritura podría ser usado como un ejemplo del proceso de crear nombres en el Libro de Mormón usado por Smith) (3 Nefi 10:16), lo cual nos muestra que el idioma o no había cambiado o era lo suficientemente comprensible. Para dar una comparación, el Poema del Mío Cid es la épica más antigua en la lengua española. Fue escrita hace un poco más de 800 años, y hoy es prácticamente incomprensible para el lector casual.

La introducción del Libro de Mormón dice que “los lamanitas . . . son los principales antecesores de los indios de las Américas”.
Sin embargo, ninguna lengua semítica es hablaba por los nativos americanos hoy en día y no hay evidencias de que ninguna lengua nativa americana haya sido influida por ninguna lengua semítica en ningún punto de la historia. La lingüística histórica especializada en las lenguas de América concuerda con que las lenguas nativas de América no pueden estar relacionadas entre ellas hasta al menos unos ocho o diez mil años, siendo independientes tan sólo en el último milenio.”. (Lyle Campbell. American Indian Languages: The Historical Linguistics of Native America. - Ives Goddard. "Introduction," Handbook of North American Indians, Volume 17. - Marianne Mithun. The Languages of Native North America. Citado en http://en.wikipedia.org/wiki/Historical_authenticity_of_the_Book_of_Mormon)
A pesar de que no pude encontrar ninguna declaración o explicación al respecto en FairMormon, Barry Fell, ex profesor de zoología, enfrenta estos problemas en su libro America B.C. Fell supuestamente tradujo una nueva versión del manuscrito que José escribió para el profesor Charles Anthon, y la traducciones sorprendentemente similar a 1 Nefi 1. El problema es que este manuscrito fue una de las falsificaciones hechas por Mark Hofmann.

En una entrevista, el señor Fell dijo que el manuscrito que tradujo estaba compuesto de cinco idiomas diferentes, a pesar de ser sólo una página: hebreo, egipcio, numidio, etc. Profesores de árabe en la Universidad de Utah investigaron el manuscrito y la traducción, y llegaron a la conclusión de que los caracteres no coincidían con ningún idioma conocido. Esto demuestra cómo uno puede encontrar lo que esté buscando en un texto si conecta los puntos de una manera conveniente. También muestra el proceso de “investigación” de un apologista: no hay recurso que no le venga bien, no importa si son recursos sacados de distintos extremos del mundo o de distintas épocas. Si el material es conveniente para la conclusión buscada por el apologista, va a ser usado. O, como los entrevistadores del Sr. Fell reportaron, "El trabajo del Sr. Fell en los caracteres de José Smith nos lleva a creer que primero leyó el Libro de Mormón y luego trató de hacer que su traducción se inclinara en esa dirección."

Expandiendo la teoría de algunos estudiosos mormones, el Sr. Fell publicó fotografías de escritos de los indios Micmac y los comparó con el nuevo manuscrito. Desafortunadamente, académicos no mormones demostraron la falta de relación entre ambos “idiomas”, y en su siguiente libro, Saga America, Fell parece cambiar de opinión. En America Saga, Fell trata de demostrar otras conexiones entre el viejo mundo y la antigua América, pero, según Ives Goddard y William W. Fitzhugh, del departamento de antropología del Smithsonian Institution,
No hay palabras prestadas en la prehistoria de origen del Viejo Mundo que se hayan encontrado en ninguna lengua indígena de América del Norte. Se hace la afirmación en [el libro] America B.C. que hay palabras de origen egipcio, semita, celta y nórdico en determinados idiomas indios de la familia algonquina, pero la supuesta evidencia es seriamente defectuosa. La discusión no distingue claramente entre los distintos idiomas algonquinos; ignora hechos básicos de la gramática algonquiana, su historia lingüística y etimología; comete muchos errores sobre hechos específicos; copia mal y malinterpreta las palabras [o fragmentos imposibles de palabras] y sus traducciones, y no muestra conocimiento de los procedimientos lingüísticos científicos básicos que han sido utilizados por los especialistas durante más de cien años para estudiar la historia de las lenguas. . . . Se argumenta en America B.C. que las canciones en el dialecto de Pima de Papago, una lengua de la familia Uto-azteca hablada en el sur de Arizona, se pueden leer con un diccionario “semita”. Pero el análisis que se presenta (p. 172) no es consistente con las gramáticas ni de los papago ni de ninguna lengua semítica: las palabras papagas se han dividido o reordenado de manera arbitraria, la traducción libre que figura en la fuente utilizada ha sido ignorada, y algunos de los símbolos fonéticos en la publicación original han sido malinterpretados. . . .

En resumen, hay que decir que los debates en America B.C. no demuestran conocimiento del análisis gramatical correcta de las lenguas amerindias consideradas. No hay una comprensión de las gramáticas de las lenguas algonquinas, pima, o zuni, y hay una concepción de la existencia de normas estrictas que rigen el orden y la forma permitida de elementos en esos idiomas. Para los lingüistas del Smithsonian, los argumentos presentados en America B.C., por lo tanto, no tienen valor. (Biblical Archeologist, septiembre de 1978, pp. 85-88)
Aparentemente el Libro de Mormón fue escrito en un lenguaje imposible de detectar. No existe en el registro histórico, no se puede encontrar por medios arqueológicos, y pareciera que los apologistas no tienen comentarios al respecto—aparte de repetir los argumentos del Sr. Fell, ¡quien ni siquiera era mormón!—y las autoridades de la iglesia nunca han hablado del tema más que para repetir lo que dice la introducción del Libro de Mormón.

Armas, Herramientas, y metales 
El Libro de Mormón habla mucho acerca del uso de acero, cobre, oro, plata. Por ejemplo, 2 Ne. 5:15 dice: “Y enseñé a mi pueblo a construir edificios y a trabajar con toda clase de madera, y de hierro, y de cobre, y de bronce, y de acero, y de oro, y de plata y de minerales preciosos que había en gran abundancia”.

Al respecto, el arqueólogo Tom Ferguson, escribió que:
La metalurgia no aparece en la región bajo discusión hasta alrededor del siglo IX d.C. [1500 años después del éxodo lehita]. Ninguna de las exigencias técnicas son satisfechas por la arqueología de la región propuestas por la geografía del Libro de Mormón. Considero esto como una debilidad importante en la armadura de nuestros partidarios y amigos. . . . Dudo que los proponentes serán muy convincentes si afirman que evidencias de metalurgia son difíciles de encontrar y una rareza en la arqueología. Dondequiera que se practicó la minería–como en el mundo del antiguo testamento–, se han encontrado montañas del mineral y relaves. Se han encontrado artefactos de metal. El arte retrata la existencia de productos metalúrgicos. Una vez más, el resultado [en América] es cero. (Thomas Ferguson, “Written Symposium,” pp. 20-21)

Soldados nefitas con sus lanzas
de descomposición inmediata
Es importante notar que Thomas Ferguson era un mormón creyente, fundador del departamento de arqueología de BYU, y tal vez el primer arqueólogo que trató de demonstrar la veracidad del Libro de Mormón excavando en América latina. Después de muchos años de excavar sin éxito, Ferguson decidió que no podía haber pruebas tangentes de que el libro fuera lo que proclamaba ser. En una carta privada a un amigo, Ferguson escribió que “uno no puede encontrar la geografía del Libro de Mormón en ninguna parte, porque es ficticia y no cumple los requisitos de la arqueología de tierra, diría yo. Lo que está en la tierra nunca se ajustará a lo que está en el libro” (carta publicada en http://www.utlm.org/newsletters/no69.htm)

En Éter 15:2 se enseña: “Vio que ya habían sido muertos por la espada cerca de dos millones de los de su pueblo, y empezó a afligírsele el corazón; sí, habían sido muertos dos millones de hombres valientes, y también sus esposas y sus hijos”.

Dos millones de soldados con armas habrían dejado alguna prueba de su existencia. Huesos de ejércitos de han encontrado a través del mundo. La Batallad de Hímera, en Sicila, la cual fue luchada en el 480 a.C., dejó muchos restos de huesos y otras pruebas de que sucedió (John W.I. Lee, "The Fight for Ancient Sicily." Archeology Magazine, vol. 64, no. 1.), un oficial alemán, Hauptmann Eschenburg encontró cientos de esqueletos de los muertos en la Batalla de Maratón, peleada en el 490 a.C., y en Dinamarca se encontraron más de 1.000 huesos de víctimas de un holocausto hace unos 2.000 años (http://sciencenordic.com/entire-army-sacrificed-bog). Una simple búsqueda en el internet nos da numerosos resultados similares. De hecho, tenemos los huesos del hombre de Kennewick, quien vivió hace más de 9.000 años, pero por alguna razón la evidencia de millones de soldados muertos en América han "desaparecido".

¿Dos Cumoras?
El problema con la falta de restos evidencias de la última batalla jaredita citada en Éter se repite en la última batalla entre nefitas y lamanitas. En esa batalla, según Mormón, unos 230.000 soldados murieron, “y su carne, y sus huesos, y su sangre yacen sobre la faz de la tierra, habiéndolos abandonado las manos de los que los mataron, para descomponerse en el suelo, y para deshacerse y regresar a su madre tierra”. (Mormón 6:11-15)

Según el apóstol Bruce R. McConkie, en Doctrina mormona, dice que “las civilizaciones nefitas y jareditas pelearon sus grandes guerras finales de extinción en o cerca del cerro Cumora (o Ramá, como los jareditas lo llamaron), el cual está localizado entre Palmira y Manchester, en la parte occidental del estado de Nueva York”. (p. 175) El presidente Joseph Fielding Smith, suegro del élder McConkie, nos recuerda que el mismo José Smith declaró definitivamente que “el cerro que en la actualidad es llamado Cumora es exactamente el mismo cerro del que se habló en el Libro de Mormón” (“Where Is the Hill Cumorah?” Doctrine of Salvation, vol. 3, pp. 232-243). Es decir que el cerro Cumora fue el sitio de dos guerras que, combinadas, habrían tenido unos 2.500.000 bajas. Si consideramos que la última batalla mencionada supuestamente sucedió hace unos 1.600 años, y tenemos restos de batallas mucho más antiguas, ¿no sería justo esperar que se hubiera encontrado algún tipo de vestigio de semejante acontecimiento?



Algunos trataron de explicar este problema diciendo que habían dos Cumoras, una en Nueva York y una en algún lugar en América Central o en Sudamérica. Pero, como el presidente Smith y el élder McConkie clarifican, este no es el caso, de acuerdo con la posición oficial de la iglesia. De hecho, en una carta a los obispos publicada en la revista The Messenger, en julio de 1960, el élder Mark E. Petersen pide que los obispos detengan esta creencia, ya que es equivocada, y que el único Cerro Cumora aceptado por el liderazgo de la iglesia es el que está ubicado en Nueva York. (copia disponible en: http://emp.byui.edu/marrottr/Cumorah-JFeS-DofS3.pdf)

A pesar de que el sitio de la iglesia en la guía de las escrituras confirma que los dos Cumoras son en realidad uno solo, y está en el este estadounidense, Larry Poulsen, de FairMormon, disiente,  arguyendo que el Cumora del Libro de Mormón no podría haber estado en Palmira:
El Libro de Mormón sólo menciona un Cumora. Fue el mismo cerro que los Jareditas llamaron Ramá. Se localizaba cerca de la orilla occidental de la orilla de un cuerpo de agua lo suficientemente grande para ser llamado un mar.

La colina en Nueva York, erróneamente llamada Cumora por los primeros santos está al sur de algún cuerpo de agua lo suficientemente grande como para ser llamado un mar. Está muy lejos al oeste para que tal ribera sea la costa atlántica. Esta costa, siendo la única al este de Palmira. Yo creo que hacemos daño cuando hablamos de dos Cumoras o de la "teoría de dos Cumoras". Esto es como hablar de la teoría de dos Yorks como explicación de por qué hay un York en Inglaterra y Nueva York en Estados Unidos.
En conclusión, si dos batallas de semejante magnitud realmente sucedieron en Nueva York, y la iglesia sabe exactamente el lugar donde puede encontrar un millón y cuarto de huesos para probar sin lugar a duda que el Libro de Mormón es verdadero, ¿por qué no hacerlo? Ciertamente se podrían ahorrar los millones que están gastando en el resto de América tratando de encontrar al menos un vestigio que pruebe la veracidad de la escritura mormona.

Comentarios

  1. como te pasas!! la verdad quisiera enseñarle esto a mi esposa mormona pero creo me pediria el divorcio, seré más paciente y trataré de que se de cuenta poco a poco, aunque me está resultando mas dificil de lo que pensé. por otro lado yo definitivamente creo en Cristo Jesús y en que me dará la fuerza de llevar a mi eposa a la Verdad. (y a ser paciente con los misioneros que a veces parece que en vez de bautizarme me quieren vender algo, digo, por la manera de insisitir ya que casi casi me dicen, -no importan tus dudas, tu solo bautizate y ya-)

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    1. A mí me pasó igual. Yo soy ingeniero, pero en mis ratos libres indago sobre religión y arqueología como pasatiempo. Cuando los misioneros llegaron por invitación de mi suegra, se fueron con el rabo entre las piernas ya que yo sabía el origen del hombre americano.

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  2. Pesquisas Mormonas14 de mayo de 2014, 13:13

    Gracias, Andrés. Y siento mucho escuchar lo de tu situación con tu esposa. Yo también pasé por eso, así que te entiendo.

    Y es cierto. A los mormones no les gusta pensar en sus dudas. Como dijo el elder Uchdorf hace un par de conferencias: "Duda tus dudas antes de dudar tu fe"

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  3. Esta gente de FM da mucha risa. Una vez leí la explicación de que los caballos son tapires y a cuanto mormon que me encuentro se lo explico, y quedan atonitos.

    Una vez les pregunté el por qué iglesia segregó a los negros tanto tiempo si en los hechos de los apóstoles se relata que la palabra y la salvación no distinguían raza ni nación. Lo más interesante fue cuando uno me dijo que en esa epoca de Pablo, los negros no existían. Entonces le pregunté ¿entonces la gran rebelión celestial y la maldición de Caín ocurrieron después de Pablo? Su cara se puso roja de ira, por lo que no pude seguir divirtiendome.

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  4. Hola Manuel... El artículo de Standards of Dress and Grooming, está en la New Era de diciembre del 71.. y no en la Ensign. Un saludo.

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  5. Hola Manuel, por favor podrias verificar lo de Jeremias en 1 Nefi 1:14 no lo encontre en las versiones recientes en español ni en una version de 1980 en ingles. Podrias aclararme donde la encontraste por fa. Gracias

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    1. No por ser mala onda, pero busqué la frase que cito en el ensayo (“han rechazado a los profetas y han arrojado a Jeremías en una prisión”) en LDS.org y lo encontré en 15 segundos. Es 1 Nefi 7:14, no 1:14.

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