Episodio 127: La misión SUD y el lavado de cerebro
La psicología del programa de capacitación misional de la iglesia SUD
Por Scott D. Miller (Original en el sitio de la revista Sunstone)
Los intentos de manipulación humana han ocurrido virtualmente en cada sociedad durante su historia, desde hace tanto como desde el ritual mosaico temprano (también llamado korbán, o ritual de sacrificios de animales. Nota del señor Pesquisas) hasta los programas de autoayuda seculares de hoy. Sin embargo, en las décadas recientes han aparecido nuevos métodos de reeducación dramáticos. Estos métodos modernos recibieron atención pública por primera vez en los 1950s, cuando el periodista americano Edward Hunter acuñó el término “lavado de cerebro” para caracterizar las actividades de adoctrinamiento del partido comunista en la China. A diferencia de los intentos anteriores en el control del comportamiento, estos nuevos métodos, a través de los avances en la psicología, han logrado un nivel de sofisticación que les da a los manipuladores de hoy una mejor oportunidad de tener éxito donde sus predecesores pudieron haber fallado.
A pesar de su imagen histórica, el lavado de cerebro no es “un método todopoderoso, irresistible, indescifrable y mágico para lograr un control total sobre la mente humana” (Robert J. Lifton, Reforma del pensamiento y la psicología de totalitarismo, p. 4). Más bien, es un proceso enteramente real y no místico apuntado ya sea a reformar o fortalecer patrones de pensamiento a través de un programa altamente especializado y enfocado en la reeducación. En otras palabras, el término lavado de cerebro representa el proceso a través del cual algún agente exterior –ya sea terapeuta, comunista, o líder religioso– trata de reformar los pensamientos de otro. La reformación del pensamiento, entonces, es la esencia del fenómeno del lavado de cerebro.
Además de la reforma del pensamiento, el lavado de cerebro también intenta lograr totalitarismo ideológico, un cambio de comportamiento de todo o nada que reemplaza las convicciones ideológicas normales de una persona con las obsesiones exclusivas, fanáticas y totalitarias con el sistema de control de creencia. Se puede observar que los individuos que son afectados de esta manera, por ejemplo, adoptan abruptamente un comportamiento nuevo, raro, incluyendo el afeitarse la cabeza, alterar radicalmente su modo de vivir o de vestir, o terminar relaciones familiares y sociales de largo tiempo.
Entonces a diferencia de la educación normal, el lavado de cerebro o la reformación del pensamiento tienden a buscar el control totalitario sobre la persona en lugar del realce de la autonomía personal. La razón, el pensamiento crítico y la lógica son usualmente puestas a sometimiento de la emoción, el pensamiento simplificado y la obediencia –si es que siquiera se les da alguna credibilidad. Asimismo, el acceso a la información vital disponible para el proceso de toma de decisiones está completamente restringido para la persona o es confuso en la retórica influenciada por el grupo. (Richard Delgado, Sociedad, marzo-abril 1980, pp. 26, 28). En resumen, el proceso educativo involucrado en el entorno de la reforma del pensamiento es de opresión.
A través de sus extensivos estudios sobre la reforma del pensamiento, el Dr. Robert J. Lifton ha delineado ocho temas psicológicos dominantes que son recurrentes en los procesos educativos básicos en entornos de reforma del pensamiento. Esos ocho temas son: (1) el control del entorno; (2) la manipulación mística; (3) la exigencia de pureza; (4) la confesión personal; (5) la aceptación del dogma básico del grupo como sagrado; (6) la limitación o “la carga” del lenguaje; (7) la subordinación de la persona hacia la doctrina; y (8) la administración de la existencia. Según Lifton, estos temas pueden ser utilizados como “un conjunto de criterios contra los cuales cualquier entorno puede ser juzgado”, considerando primero el número total de temas presentes en un entorno dado y segundo el grado en el cual ese entorno impone cada tema. (Lifton, Reforma del pensamiento, p. 420. Para acomodar mejor el modo religioso de la reforma del pensamiento, estos temas han sido modernizados y alterados según J. T. Underleider y D. K. Wellisch, Publicación americana de psiquiatría, marzo 1979, p. 219). (En otras palabras, toda institución puede ser analizada siguiendo estos criterios, tanto en el número de características que comparte con la teoría de Lifton, así como en la intensidad en que cada criterio es usado. Nota del Señor Pesquisas).
La experiencia misional SUD
Como parte de su programa proselitista, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días prepara su fuerza misional a través de un proceso de educación altamente sofisticado. Una parte central de este proceso ocurre durante la estadía de los misioneros en el Centro de Capacitación Misional (que a partir de ahora llamaremos CCM). Durante un período que dura desde dos hasta ocho semanas en el centro, los misioneros mormones experimentan un entrenamiento intenso en una variada selección de áreas, como el hacer proselitismo, el lenguaje, la espiritualidad, y la formalidad. Curiosamente, este proceso de entrenamiento contiene varios paralelos significativos con los ocho criterios de la reforma del pensamiento delineados por el Dr. Lifton. Una comparación de estos ocho temas con los métodos del CCM provee un entendimiento profundo de los métodos de entrenamiento misional y hace surgir preguntas éticas importantes.
1. El control del entorno. Este primer criterio es definido como un intento “de establecer dominio, no solo sobre la comunicación del individuo con el exterior (todo lo que él ve y escucha, lee y escribe, experimenta y expresa), sino también… sobre lo que podríamos denominar como su comunicación consigo mismo” (Lifton, Reforma del pensamiento, p. 240). Los expertos en el estudio de la reforma del pensamiento están de acuerdo en que este elemento es la característica más básica del entorno de la reforma del pensamiento (Delgado, Sociedad, p. 27). De hecho, el control de los estímulos que actúan sobre el individuo crea la disposición psicológica óptima para la reforma exitosa.
El control del entorno desestabiliza el balance normal del individuo entre sí mismo y el mundo exterior. El control del aporte interno y externo del entorno y la reflexión individual privan al individuo de la habilidad de poner a prueba la realidad de su entorno y de mantener una identidad que esté separada de ello.
Parece haber varios elementos presentes en el CCM y en el campo misional que se parecen a este criterio del control del entorno. De hecho, la regulación y el control riguroso del entorno misional mormón son quizás la característica más básica del CCM y del campo misional. Es muy difícil encontrar un área de vida misional que no sea gobernada por algún control [externo].
Tanto el CCM como el campo misional han establecido reglas que controlan lo que se debe ver, escuchar, leer, escribir, experimentar, expresar y pensar.
Por ejemplo, los misioneros siguen un estricto horario de actividades diarias desde las 6:00 a.m. hasta las 10:30 p.m., siete días a la semana. No se tolera el desviarse del horario. No hay vacaciones, y solo un día de tiempo libre a la semana. Este día debe ser utilizado para llevar a cabo las necesidades “mundanas”. A menudo, una parte o todo el tiempo libre es reservado para hacer proselitismo.
A los misioneros siempre se les asigna un compañero del mismo de sexo con quien están obligados “a permanecer en todo momento” (Manual misional, p. 19). A los misioneros se les instruye que nunca estén a solas y que siempre se dirijan el uno al otro como “elder” o “hermana”. (Y en los idiomas en los que hay una manera formal de referirse a la otra persona, esa forma debe usarse. Por eso los misioneros siempre se refieren al otro como “usted”. Nota del Señor Pesquisas).
El CCM y el campo misional utilizan un elaborado sistema de reporte. A los misioneros se les anima a hacer comentarios sobre sus compañeros con diversos líderes representantes de la misión. Cada misionero escribe una carta semanal para el presidente de misión y el líder de distrito. Los líderes de distrito se reportan a los líderes de zona, y ellos a su vez a los ayudantes del presidente, (cf. Lifton, Reforma del pensamiento, p. 421).
Los misioneros están obligados a leer solo libros y revistas y publicados por la iglesia. Esto se interpreta usualmente como las obras estándar SUD, Jesús el Cristo de James E. Talmage y Los artículos de fe, la Liahona, y Noticias de la Iglesia (Manual misional, p. 14).
Los misioneros no tienen permiso de ver televisión, escuchar radio o música moderna, leer periódicos, revistas, libros o cualquier otra literatura.
La correspondencia está controlada de muchas maneras. No se permiten llamadas telefónicas a la familia o amigos, y tampoco se permite “ninguna correspondencia... dentro de los límites de la misión” (Manual misional, p. 14). (En realidad se permiten las llamadas a la familia, pero solo dos veces al año: una vez durante la navidad y una en el día de la madre. Nota del Señor Pesquisas).
A veces, las grabaciones y los mensajes grabados han sido prohibidos en el CCM.
Los misioneros deben “dejar fuera de [sus] vidas todos los pensamientos y conversaciones sobre su casa, escuela, novias y cosas mundanas” (Manual misional, p. 20). Con este fin, a menudo se anima a los misioneros a que dediquen cada momento al trabajo misional. Por ejemplo, el tiempo que espera en la fila de la comida se considera como una buena oportunidad para leer los folletos misionales o aprender de memoria escrituras y diálogos.
(El nuevo manual misional incluye las siguientes reglas:
Escriba a su familia cada semana en el día de preparación. Limite la correspondencia con los demás. Comparta sus experiencias espirituales. Nunca incluya nada confidencial, delicado ni negativo acerca de las zonas en las que sirve.
Correo electrónico
Puede comunicarse con su familia y con el presidente de misión por correo electrónico, siguiendo las pautas aprobadas. Utilice solo MyLDSMail.net, el servicio filtrado establecido por la Iglesia. No utilice ningún otro servicio de correo electrónico ni ningún otro servicio de Internet ni sitio que no haya sido autorizado.
Utilice el correo electrónico solamente en el día de preparación. Puede usar computadoras en lugares públicos, tales como las bibliotecas o los negocios apropiados que ofrezcan acceso a Internet. Cuando use la computadora, permanezca siempre al lado de su compañero para que el uno pueda visualizar el monitor del otro. No use las computadoras de los miembros. Si hace un mal uso del correo electrónico o de las computadoras, puede perder el privilegio de usar el correo electrónico.
Tal como lo indica su carta de llamamiento, “se espera que dedique todo su tiempo y atención al servicio del Señor, poniendo en segundo plano sus asuntos personales”. No se obsesione por comunicarse con la familia y los amigos. Nota del Señor Pesquisas).
El espacio no permite una explicación de los muchos otros ejemplos de aparente control del entorno del misionero SUD. Es importante hacer notar que el control del entorno no consiste en solo uno de estos ejemplos, sino que es el resultado de su poderosa combinación en un solo entorno.
2. La manipulación mística. Después del control del entorno, el practicante de la reforma del pensamiento trata de “causar patrones específicos de comportamiento y emoción de tal manera que [estos patrones] parecerán haber surgido espontáneamente desde el entorno” (Lifton, Reforma del pensamiento, p. 422). Estas manipulaciones están dirigidas a realzar la validez y la omnisciencia del liderazgo e ideología predominante a través de las experiencias místicas. Sin embargo, tales experiencias son usualmente generadas a través de procesos para nada místicos, tales como la manipulación directa de variables emocionales individuales y el uso extenso de la hipótesis falsa de una relación de causa-efecto (ad-hoc. Por ejemplo, el pensar que, si leo todos los libros recomendados por la Primera Presidencia, voy a tener más bautismos, lo cual no tiene nada que ver con la premisa inicial) o las profecías autocumplidas (el comportamiento influenciado por las expectativas de alguien que lo observa). Según los expertos, cuanto más mística o indemostrable sea la supuesta relación entre la causa y el efecto o la profecía y el cumplimiento, más omniscientes y elegidos parecen ser los intérpretes de esa relación.
El CCM y el campo misional usan tales formas de manipulación mística. Por ejemplo, las prácticas alrededor de la definición de objetivos en el CCM, parecen implicar la manipulación directa de variables emocionales individuales:
Durante la primera semana de estadía en el CCM, a los misioneros se les requería establecer metas sobre el número de charlas o presentaciones de proselitismo (ocho en total) que aprenderían de memoria durante su estadía de ocho semanas. Justo antes de una sesión formal de establecimiento de metas, a los misioneros se les mostraba la producción de BYU, “La última carrera de John Baker”. Inmediatamente después, los misioneros eran llevados a sus aulas respectivas para establecer metas. Curiosamente, la investigación ha mostrado que esta película, que retrata la lucha de un joven contra el cáncer y se refiere a un tema de persistencia, inculca en la audiencia una tendencia de perseverar más en tareas de resolución de problemas para las cuales no existe solución alguna (Scott D. Miller, “Los efectos del modelo afectivo positivo en las tareas relacionadas con la persistencia,” escrito inédito, 1982).
(A medida que las charlas misionales o las técnicas de enseñanza cambian, los requerimientos son diferentes, pero en realidad son básicamente lo mismo: memorizar sermones breves, tener metas de cuántas personas debe uno encontrar por semana, cuántos debe bautizar, etc. En mi misión se esperaba que bautizáramos a diez personas al mes, y a pesar de que esto era algo totalmente fuera de nuestro poder, trabajábamos y planeábamos como si el trabajar duro y el tener fe hubiera sido suficiente como para cambiar la voluntad de diez personas al mes en cada área en la que hubiera misioneros. No hace falta aclarar que, sin importar la cantidad de fe o de las horas que trabajáramos y las puertas que tocáramos, si la gente no quería bautizarse, no se bautizaba. Esto a su vez nos causaba una terrible decepción y una disonancia cognitiva terrible, llevando a muchos misioneros a hacer cosas absolutamente en contra de las reglas, tales como bautizar a borrachos, a niños sin el permiso de sus padres, a escribir en las fichas bautismales nombres sacadas de las lápidas en los cementerios, etc. Otros, como yo, quienes tomaron su misión muy en serio, trabajamos aún más duro, nos levantamos más temprano, estudiamos más, y, en conclusión, nos metimos más y más en este proceso de reforma del pensamiento por nuestra propia voluntad, un proceso que, desde afuera, es obviamente un intento de manipulación emocional prácticamente abusivo. Nota del Señor pesquisas).
Los más recientes ejemplos de manipulación mística del CCM son atribuidos ya sea al uso del razonamiento post-hoc o a las profecías autocumplidas. Por ejemplo, una misión pidió que los misioneros llevaran puestos sombreros derby negros durante los meses de invierno. A los misioneros renuentes a usar esos sombreros tan fuera de moda se les dijo que, debido a que se rehusaron a participar, ellos, así como también sus compañeros, no podrían encontrar a los conversos. Tales predicciones y explicaciones, sinceras y sin gracia, parecen ser la regla en el entorno misional. (Y por supuesto, al pensar que está rompiendo una regla esencial, el misionero siente menos confianza en su habilidad personal de encontrar investigadores, haciendo que, como consecuencia, encuentre menos investigadores. Eso es una profecía auto cumplida. Nota del Señor Pesquisas).
3. La exigencia de pureza. Aquí, el entorno de reforma del pensamiento trata de polarizar el mundo del individuo con las definiciones preconcebidas de pureza e impureza de la ideología: “Lo bueno y lo puro,” dice Lifton, “son por supuesto esas ideas, sentimientos y acciones que son consistentes con la ideología totalitaria” (Lifton, Reforma del pensamiento, p. 423). (O sea, si yo, como líder de alguna organización, decido que jugar basquetbol es impuro, entonces si los miembros de mi organización deciden no cumplir con esa regla, están siendo “impuros”. En la iglesia vemos algo similar con algunos mandamientos como el tener barba o pelo largo, el llevar una camisa de color los domingos, el tomar té o café, o el mirar las noticias en la misión, etc., cosas que no tienen nada que ver con ser moral o no, pero que, por medio de un proceso de repetición, de ejemplificación y de refuerzos negativos, la iglesia ha convencido a su membresía que son cosas inmorales, o impuras. Nota del Señor Pesquisas). Los criterios para la pureza están generalmente definidos a través del establecimiento de reglas que se extienden a cada aspecto y dominio de la vida individual. Además, se exige la conformidad absoluta con las reglas para que la pureza sea mantenida y que la mayor misión – siempre dependiente de la pureza del grupo – sea completada. (En la iglesia escuché cientos de veces cosas como “el agua hierve a los cien grados, no a los noventa y nueve”, queriendo decir que solo la obediencia perfecta es aceptable. Nota del Señor Pesquisas).
¿Cómo es que esto da como resultado la reformación del pensamiento? Lifton explica: “Al definir y manipular los criterios sobre la pureza, y entonces llevar a cabo una guerra total contra la impureza, los [controladores] crean un mundo estrecho de culpabilidad y vergüenza [individual]” (Reforma del pensamiento, p. 424). Tales sentimientos de culpabilidad y vergüenza son entonces fácilmente manipulados para lograr la reformación y rededicación individual (Vergüenza, humillación, sentimientos de culpa, etc., es lo que se llaman “refuerzos negativos” en la psicología de la conducta o en el conductismo. Nota del Señor Pesquisas).
Como ya se ha demostrado, el CCM y el campo misional son entornos altamente controlados. También parece evidente que estos entornos funcionan bajo la alta demanda de pureza delineada por el liderazgo de la misión y las políticas de la iglesia SUD. Para ver un ejemplo, uno solo necesita observar las reglas rigurosas que rigen el comportamiento sexual del misionero o el constante énfasis en la pureza sexual encontrada en el entorno misional (Manual misional, pp. 13, 14, 15, 20).
4. La confesión personal. En el entorno de reforma del pensamiento, hay usualmente una gran cantidad de confesión personal, la cual a menudo ocurre en combinación con el tema de la exigencia de pureza. En este proceso, el entorno establece un extenso y estricto control, siguiendo esas normas con la demanda de que todas las reglas deben ser obedecidas, y concluye insistiendo en que cada falta sea confesada a las autoridades apropiadas. De esa manera, donde “el pecado es inducido artificialmente… la confesión se convierte en un recurso para explotar en lugar de ofrecer paz para las vulnerabilidades [personales]” (Lifton, Reforma del pensamiento, p. 425). (En otras palabras, la misión crea reglas innecesarias y muy difíciles de cumplir, lo cual inevitablemente lleva a un misionero a sentirse culpable por no poder cumplir con todo. Al sentirse tan mal, el misionero se ve en la necesidad de “confesarse”, ya sea a su líder local o a su presidente de misión, lo cual a su vez hace que el misionero se sienta más dependiente de ese líder. Nota del Señor Pesquisas).
Lifton describe tales actos personales de confesión como “unos recursos para mantener un perpetuo vaciamiento interior o la purga psicológica de la impureza... abandono de sí mismo... y la exposición total” (Reforma del pensamiento, p. 425). (No sé cuántas veces mi presidente de misión nos repitió la historia del presidente Hinckley en la que su padre le dijo, en una carta, que se olvidara de sí mismo y que se pusiera a trabajar. Esto representa el absoluto renunciamiento a las necesidades personales a favor del esfuerzo de aumentar el número de la iglesia. Nota del Señor Pesquisas).
La confesión personal parece desempeñar un papel importante en todo el proceso misional. Por ejemplo:
Un candidato para el trabajo misional es entrevistado por su obispo con una serie de preguntas concernientes a su dignidad. En ese momento, se espera que el futuro misionero confiese todos los pecados de los que no se haya arrepentido. Después, el candidato recibe otra entrevista, esta vez con el presidente de estaca, quien hace las mismas preguntas. En algunos casos, se le puede pedir a las Autoridades Generales o a la Primera Presidencia que entrevisten a un futuro misionero (Spencer W. Kimball, Ensign, octubre 1974, pp. 2-14).
La confesión continúa en el CCM con entrevistas semanales con su líder de distrito y con entrevistas cada dos semanas con el presidente de rama y obispo. También, los misioneros son urgidos todo el tiempo a que se purifiquen por medio de la confesión directa de cualquier pecado pendiente o nuevo.
5. La aceptación de que el dogma básico del grupo es sagrado. El entorno de reforma del pensamiento generalmente asevera que su dogma básico es sagrado. Por consiguiente, los individuos están usualmente obligados a prescindir de las “preocupaciones comunes de la lógica” y por fe aceptar el dogma como verdad absoluta. Lifton señala que estas aseveraciones totalitarias del dogma sagrado y el consiguiente rechazo de la lógica común son usualmente “evidentes en la prohibición (ya sea explícita o no) contra el cuestionamiento de suposiciones básicas y en la reverencia que es exigida para los creadores de la Palabra, los portadores presentes de la Palabra, y la Palabra en sí misma” (Reforma del pensamiento, pp. 427-28).
(Recientemente, alguien dejó un comentario en uno de mis videos de YouTube diciendo lo siguiente:
Cuando esta persona dice “obedecer ciegamente a DIOS”, obviamente se está refiriendo a obedecer ciegamente a los líderes de la iglesia, quienes, esta persona cree, hablan directamente por Dios. Nota del Señor Pesquisas).
Esta aura de santidad, la prohibición en contra del cuestionamiento y la reverencia requerida hacia las autoridades permiten que el individuo escape eficazmente de la responsabilidad de tomar decisiones. Con el paso del tiempo, los individuos aprenden a censurar sus propias decisiones y, en lugar de [pensar por sí mismos], someterse a las decisiones de los que están en control. Erich Fromm ha llamado a este fenómeno del entorno totalitario “escape de la libertad”.
Aquí, otra vez, el CCM y el campo misional parecen usar los criterios de Lifton. Por ejemplo, a los misioneros frecuentemente se les instruye que el cuestionar el dogma o criticar al liderazgo obstaculiza el trabajo de Dios. Para este fin, cualquier pensamiento o acción que cuestiona la santidad del dogma, la lógica de las suposiciones, o los dictámenes de los líderes trae una amonestación inmediata. (En un discurso a la asociación de estudiantes SUD en 1986 y en el documental The Mormons, Elder Oaks dijo que “está mal criticar a los líderes, aun si esa crítica es verdadera”, y yo por años me sentí terriblemente culpable porque después de una experiencia personal con el élder Scott en Chile sentí que este hombre era una persona pomposa y fría. Nota del Señor Pesquisas).
6. La limitación o “la carga” del lenguaje. En este proceso, el lenguaje es “caracterizado por el cliché de finalización del pensamiento. [En otras palabras,] el problema humano más complejo y de mayor alcance es condensado en frases breves, altamente reduccionistas, que suenan definitivas, fáciles de memorizar y de expresar” (Reforma del pensamiento, p. 429). Tal carga del lenguaje trabaja para limitar las capacidades verbales del individuo. Dado que la experiencia humana de pensamiento y de sentimiento son dependientes de esa capacidad, la limitación del lenguaje resulta en un deterioro del funcionamiento intelectual.
No es difícil encontrar ejemplos de limitación de lenguaje en el CCM y el campo misional. Quizá la ocurrencia más obvia de carga de lenguaje en estos entornos es el uso de las charlas misionales estandarizadas. En estas charlas, los asuntos complicados son reducidos a charlas breves, frases que suenan autoritarias y que el misionero tiene que memorizar. Ciertamente, la reciente revisión ha reducido más allá su longitud y complejidad a niveles compatibles con una educación de quinto grado. Además, en el pasado incluso el testimonio personal ha sido ensayado, y las charlas señalan cuándo el misionero debe dar su testimonio y lo que generalmente debe decir. A los misioneros se les indica dar las charlas ya sea como están delineadas o de manera exacta a los futuros conversos. (Cuando yo fui a la misión debíamos memorizar las seis charlas misionales y darlas tal cual. Hoy el enfoque es más suelto y el misionero tiene la libertad de improvisar el tema de la charla, pero no puede elegir realmente lo que decir, sino que tiene un limitado menú de opciones basadas en el manual Predicas mi evangelio. Nota del Señor Pesquisas).
Otros ejemplos de este criterio en el CCM y en el campo misional incluyen:
Luego de estar tres días en el CCM, los misioneros de lenguas extranjeras están obligados a hablar solo en el idioma de su misión. Como es lógico, los materiales están altamente cargados de detalles de vocabulario específicos a la fe SUD y al trabajo misional. (A los misioneros que no están familiarizados con un nuevo lenguaje se les insta a repetir frases hechas, a decir oraciones casi literales, etc. Es típico ver a misioneros que hablan muy bien un idioma extranjero, pero cuando uno habla de algo que no está relacionado a la religión, tienen mucha dificultad expresándose. Nota del Señor Pesquisas).
En muchos casos, los misioneros son instruidos a que se aprendan de memoria el Manual misional, el cual contiene las políticas y las reglas de la misión.
7. La subordinación de la persona a la doctrina. Este criterio es impuesto en el entorno de la reforma del pensamiento en un intento de crear una ruptura entre la experiencia humana real y la interpretación de esa experiencia por la ideología predominante. Específicamente, los individuos están obligados a aceptar por fe la interpretación de la ideología de eventos pasados, presentes y futuros. Las interpretaciones personales o exteriores de esos mismos acontecimientos son consideradas “poco ortodoxas” y deben ser ignoradas. Como resultado, los individuos son empujados más hacia las influencias reformatorias presentes en su entorno. (Cuántas veces se me ha dicho que, si realmente quiero aprender de los mormones, debo leer fuentes “oficiales” o directamente preguntarles a los mormones. Las fuentes externas a la iglesia son rechazadas, sin importar lo autoritarias que sean. De hecho. El élder Ezra Taft Benson dijo, “si existe un conflicto entre lo que se enseña en las escuelas y las palabras del Profeta, debéis creer lo que dice este último, pues no solo seremos bendecidos, sino que, con el correr del tiempo, también se nos dará la razón”. Nota del Señor Pesquisas).
El CCM y el campo misional claramente promueven interpretaciones de los acontecimientos de la vida de manera consistente con su propósito. Por ejemplo, una misión requería que sus misioneros salieran de sus casas para empezar el trabajo misional a las 9:25 A.M. en lugar de a las 9:30 A.M., tal como se especifica en el Manual misional (p. 15). Se les dijo a los misioneros que esos cinco minutos extras le demostrarían al Señor que realmente querían bautizar. Entonces, los misioneros que no salían de sus casas a las 9:25 A.M. fueron criticados por obstaculizar el trabajo de Dios (otra vez, refuerzo negativo. Nota del Señor Pesquisas). La aceptación de tal interpretación actúa para realzar la supuesta ortodoxia del misionero. El entorno misional contiene muchos otros ejemplos de esta práctica.
8. La dispensación de existencia. En este último criterio, “la convicción es que solo hay un camino hacia la existencia verdadera, solo una forma válida de ser, y que todos los demás caminos son forzosamente inválidos y falsos”. Según Lifton, se les comunica a los individuos que, en el entorno de la reforma del pensamiento, la noción de la ideología predominante es “la visión moral máxima para la dispensación de la existencia humana” (Reforma del pensamiento, pp. 434, 427). De esta manera, la existencia es igualada con aceptar el dogma del grupo. Tal aceptación de dogma básico es también realzada por la validación consensuada ofrecida al individuo a través del grupo. En otras palabras, aquellos que aceptan o se unen a la ideología del grupo son ellos mismos aceptados y congregados. Ellos pasan a formar parte de lo “bueno” o lo “digno,” que es parte de la misión que abarca todo. En términos sencillos, se les da la existencia o el ser. Para quienes han sido convencidos [o convertidos] de esta manera, cualquier pregunta o contemplación lógica seria de la ideología se convierte en un cuestionamiento de la existencia personal –una crisis de estar contra la nada. Tal técnica previene eficazmente el cuestionamiento individual del dogma del grupo.
Para los miembros SUD jóvenes, la dispensación de la existencia parece comenzar mucho antes de su llegada al CCM como misioneros. Desde niños, a los mormones se les enseña que la suya es la “única iglesia verdadera y viviente sobre la faz de la tierra” (DyC 1:30). Aquellos que niegan esta fe y apostatan pueden convertirse en “hijos de perdición,” quienes irán “a las tinieblas de afuera”. Algo semejante es decir que ellos son “los únicos sobre los que tendrá poder la segunda muerte,” y “mejor hubiera sido para ellos no haber nacido” (DyC 76:37, 32). Tales enseñanzas pueden explicar en parte la devoción extraordinaria que muchos mormones tienen hacia su iglesia y líderes misionales.
Este tema es también encontrado en la fomentación que los jóvenes mormones reciben para servir una misión. Los líderes [abogan] a favor de que cada varón SUD se prepare para servir una misión. Como resultado, los padres, los maestros en la iglesia y los líderes les dan instrucciones a los varones mormones de anticipar y prepararse para el día cuando saldrán a servir una misión. Tal enseñanza y preparación parecen actuar como una influencia para predisponerlos, eliminando la posibilidad de una decisión negativa con respecto al servicio misional.
Las preocupaciones éticas y teológicas
El análisis anterior indica que el entorno misional mormón utiliza varias estrategias similares a aquellas que se utilizan en entornos tradicionales de la reforma del pensamiento. Las técnicas que la iglesia utiliza como un acercamiento para lograr sus metas exigen una consideración cuidadosa, en particular por la repugnancia moral que radica en la noción del “lavado de cerebro” y los asuntos éticos y teológicos que surgen.
En defensa de tales métodos, algunos han sostenido la opinión de que la reforma del pensamiento ya permea la mayoría de las áreas de la vida humana. La televisión, la publicidad, las escuelas de entrenamiento militar y los centros de rehabilitación de alcohólicos y de adictos a las drogas son, a menudo, citados como ejemplos de tal práctica. Generalmente, el uso de tales métodos en estas instancias es considerado como favorable. Después de todo, tales prácticas dan la apariencia de estar motivadas por una meta justificable: la mejora del género humano. También, el uso de estos procesos en organizaciones como las fuerzas armadas, las fuerzas policiales y los programas de autoayuda, tiende a realzar su validez y aceptación. ¿Entonces, qué daño puede haber en que la iglesia SUD utilice este método para convertir al mundo al evangelio de Jesucristo?
Como una defensa adicional, podría ser notado que el CCM simplemente utiliza un proceso sofisticado, rápido y aparentemente efectivo para educar a los misioneros en los campos del lenguaje, la cultura y las técnicas de proselitismo. Ciertamente, estos resultados han sido reconocidos como sumamente exitosos por agencias exteriores significativas, incluyendo los servicios armados, los negocios internacionales, los entrenadores expertos en idiomas y otros (Marvin K. Gardner, Ensign, octubre de 1983, pp. 12-13). A cada paso, los métodos usados para lograr este trabajo parecen ser incitados por deseos altruistas de fomentar el plan de Dios o por consideraciones prácticas para dirigir el entrenamiento de un cuerpo tan grande y diverso de jóvenes.
Desafortunadamente, las evidencias de efectividad y devoción a este propósito pasan por alto el problema ético fundamental de la reforma del pensamiento. Los procesos fundamentales involucrados en tales métodos de adoctrinamiento, aunque son útiles para instrumentar la cohesión del grupo, impiden la expresión de individualidad. De hecho, cuando la conformidad, los estereotipos y las metas del grupo son puestas por encima del valor de la persona, la individualidad deja de existir. Mientras que las organizaciones seculares tales como entidades corporativas, negocios o los servicios armados pueden prosperar en tales entornos estériles, me parece que la experiencia religiosa debería favorecer una experiencia profundamente personal e individual.
Adicionalmente, el uso de tales métodos educativos hace surgir un problema teológico importante. Debemos recordar que la reforma del pensamiento trata de acomodar el entorno de tal manera que la elección individual y la reflexión cuidadosa son eliminadas. Como resultado, los individuos son manipulados para adoptar sistemas de creencias y acciones que podrían ser completamente diferentes bajo circunstancias que facilitan la elección y el análisis. Tal elección forzada (o coerción) parece estar en conflicto con la teología básica SUD. De hecho, Joseph Fielding Smith comenta que fue “el plan de Satanás al principio... obligar” y que el libre albedrío “es un principio divino... el único principio sobre el cual puede llegar la exaltación” (Joseph Fielding Smith, Doctrina de Salvación, 1:70). Las escrituras y la literatura SUD están llenas de declaraciones similares enfatizando la verdad eterna de la elección y del libre albedrío. Por consiguiente, la existencia de influencias en el entorno misional mormón que pueden ser perjudiciales para estas doctrinas parece ser un poco irónico.
Actualmente, da la apariencia de haber un pequeño indicio de que los líderes SUD revisarán el programa de entrenamiento misional dentro de poco. De hecho, el Comité de Correlación de Evaluación de la Iglesia ha contratado los servicios de un equipo de sociólogos y ha asignado un presupuesto anual estimado en medio millón de dólares para identificar las variables a menudo presentes en la conversión religiosa y el adoctrinamiento misional. Este estudio está dirigido a producir programas misionales mejores y más institucionales, programáticos y productivos. (Este ensayo fue presentado en 1983. Yo estuve en el CCM en el 97 y todavía era prácticamente idéntico a lo que el sr. Miller describe. Nota del Señor Pesquisas).
Quizá el asunto entero de la reforma del pensamiento en el entorno misional SUD puede ser observado como sintomático de una preocupación más grande. Erich Fromm ilustra cómo las pequeñas organizaciones que experimentan un crecimiento masivo típicamente comienzan a utilizar métodos totalitarios para sostener y controlar a su membresía (Escape de la libertad, p. 304-27). De modo semejante, así como la membresía en la iglesia SUD ha crecido a niveles impresionantes durante las últimas décadas, así también lo han hecho la tendencia hacia un mayor control centralizado y una administración completa. Mientras estas tendencias persistan, “la libertad para pensar y creer como a [uno] le plazca”, la cual José Smith vio como una característica de la religión de los santos de los últimos días, estará en peligro (Historia de la Iglesia, 5:340; 5:215).
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SCOTT D. MILLER se graduó con honores de la Universidad Brigham Young en psicología y trabajó como asistente graduado en el programa de psicología en la Universidad de Utah.
Por Scott D. Miller (Original en el sitio de la revista Sunstone)
Los intentos de manipulación humana han ocurrido virtualmente en cada sociedad durante su historia, desde hace tanto como desde el ritual mosaico temprano (también llamado korbán, o ritual de sacrificios de animales. Nota del señor Pesquisas) hasta los programas de autoayuda seculares de hoy. Sin embargo, en las décadas recientes han aparecido nuevos métodos de reeducación dramáticos. Estos métodos modernos recibieron atención pública por primera vez en los 1950s, cuando el periodista americano Edward Hunter acuñó el término “lavado de cerebro” para caracterizar las actividades de adoctrinamiento del partido comunista en la China. A diferencia de los intentos anteriores en el control del comportamiento, estos nuevos métodos, a través de los avances en la psicología, han logrado un nivel de sofisticación que les da a los manipuladores de hoy una mejor oportunidad de tener éxito donde sus predecesores pudieron haber fallado.
A pesar de su imagen histórica, el lavado de cerebro no es “un método todopoderoso, irresistible, indescifrable y mágico para lograr un control total sobre la mente humana” (Robert J. Lifton, Reforma del pensamiento y la psicología de totalitarismo, p. 4). Más bien, es un proceso enteramente real y no místico apuntado ya sea a reformar o fortalecer patrones de pensamiento a través de un programa altamente especializado y enfocado en la reeducación. En otras palabras, el término lavado de cerebro representa el proceso a través del cual algún agente exterior –ya sea terapeuta, comunista, o líder religioso– trata de reformar los pensamientos de otro. La reformación del pensamiento, entonces, es la esencia del fenómeno del lavado de cerebro.
Además de la reforma del pensamiento, el lavado de cerebro también intenta lograr totalitarismo ideológico, un cambio de comportamiento de todo o nada que reemplaza las convicciones ideológicas normales de una persona con las obsesiones exclusivas, fanáticas y totalitarias con el sistema de control de creencia. Se puede observar que los individuos que son afectados de esta manera, por ejemplo, adoptan abruptamente un comportamiento nuevo, raro, incluyendo el afeitarse la cabeza, alterar radicalmente su modo de vivir o de vestir, o terminar relaciones familiares y sociales de largo tiempo.
Entonces a diferencia de la educación normal, el lavado de cerebro o la reformación del pensamiento tienden a buscar el control totalitario sobre la persona en lugar del realce de la autonomía personal. La razón, el pensamiento crítico y la lógica son usualmente puestas a sometimiento de la emoción, el pensamiento simplificado y la obediencia –si es que siquiera se les da alguna credibilidad. Asimismo, el acceso a la información vital disponible para el proceso de toma de decisiones está completamente restringido para la persona o es confuso en la retórica influenciada por el grupo. (Richard Delgado, Sociedad, marzo-abril 1980, pp. 26, 28). En resumen, el proceso educativo involucrado en el entorno de la reforma del pensamiento es de opresión.
A través de sus extensivos estudios sobre la reforma del pensamiento, el Dr. Robert J. Lifton ha delineado ocho temas psicológicos dominantes que son recurrentes en los procesos educativos básicos en entornos de reforma del pensamiento. Esos ocho temas son: (1) el control del entorno; (2) la manipulación mística; (3) la exigencia de pureza; (4) la confesión personal; (5) la aceptación del dogma básico del grupo como sagrado; (6) la limitación o “la carga” del lenguaje; (7) la subordinación de la persona hacia la doctrina; y (8) la administración de la existencia. Según Lifton, estos temas pueden ser utilizados como “un conjunto de criterios contra los cuales cualquier entorno puede ser juzgado”, considerando primero el número total de temas presentes en un entorno dado y segundo el grado en el cual ese entorno impone cada tema. (Lifton, Reforma del pensamiento, p. 420. Para acomodar mejor el modo religioso de la reforma del pensamiento, estos temas han sido modernizados y alterados según J. T. Underleider y D. K. Wellisch, Publicación americana de psiquiatría, marzo 1979, p. 219). (En otras palabras, toda institución puede ser analizada siguiendo estos criterios, tanto en el número de características que comparte con la teoría de Lifton, así como en la intensidad en que cada criterio es usado. Nota del Señor Pesquisas).
La experiencia misional SUD
Como parte de su programa proselitista, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días prepara su fuerza misional a través de un proceso de educación altamente sofisticado. Una parte central de este proceso ocurre durante la estadía de los misioneros en el Centro de Capacitación Misional (que a partir de ahora llamaremos CCM). Durante un período que dura desde dos hasta ocho semanas en el centro, los misioneros mormones experimentan un entrenamiento intenso en una variada selección de áreas, como el hacer proselitismo, el lenguaje, la espiritualidad, y la formalidad. Curiosamente, este proceso de entrenamiento contiene varios paralelos significativos con los ocho criterios de la reforma del pensamiento delineados por el Dr. Lifton. Una comparación de estos ocho temas con los métodos del CCM provee un entendimiento profundo de los métodos de entrenamiento misional y hace surgir preguntas éticas importantes.
1. El control del entorno. Este primer criterio es definido como un intento “de establecer dominio, no solo sobre la comunicación del individuo con el exterior (todo lo que él ve y escucha, lee y escribe, experimenta y expresa), sino también… sobre lo que podríamos denominar como su comunicación consigo mismo” (Lifton, Reforma del pensamiento, p. 240). Los expertos en el estudio de la reforma del pensamiento están de acuerdo en que este elemento es la característica más básica del entorno de la reforma del pensamiento (Delgado, Sociedad, p. 27). De hecho, el control de los estímulos que actúan sobre el individuo crea la disposición psicológica óptima para la reforma exitosa.
El control del entorno desestabiliza el balance normal del individuo entre sí mismo y el mundo exterior. El control del aporte interno y externo del entorno y la reflexión individual privan al individuo de la habilidad de poner a prueba la realidad de su entorno y de mantener una identidad que esté separada de ello.
Parece haber varios elementos presentes en el CCM y en el campo misional que se parecen a este criterio del control del entorno. De hecho, la regulación y el control riguroso del entorno misional mormón son quizás la característica más básica del CCM y del campo misional. Es muy difícil encontrar un área de vida misional que no sea gobernada por algún control [externo].
Tanto el CCM como el campo misional han establecido reglas que controlan lo que se debe ver, escuchar, leer, escribir, experimentar, expresar y pensar.
Por ejemplo, los misioneros siguen un estricto horario de actividades diarias desde las 6:00 a.m. hasta las 10:30 p.m., siete días a la semana. No se tolera el desviarse del horario. No hay vacaciones, y solo un día de tiempo libre a la semana. Este día debe ser utilizado para llevar a cabo las necesidades “mundanas”. A menudo, una parte o todo el tiempo libre es reservado para hacer proselitismo.
A los misioneros siempre se les asigna un compañero del mismo de sexo con quien están obligados “a permanecer en todo momento” (Manual misional, p. 19). A los misioneros se les instruye que nunca estén a solas y que siempre se dirijan el uno al otro como “elder” o “hermana”. (Y en los idiomas en los que hay una manera formal de referirse a la otra persona, esa forma debe usarse. Por eso los misioneros siempre se refieren al otro como “usted”. Nota del Señor Pesquisas).
El CCM y el campo misional utilizan un elaborado sistema de reporte. A los misioneros se les anima a hacer comentarios sobre sus compañeros con diversos líderes representantes de la misión. Cada misionero escribe una carta semanal para el presidente de misión y el líder de distrito. Los líderes de distrito se reportan a los líderes de zona, y ellos a su vez a los ayudantes del presidente, (cf. Lifton, Reforma del pensamiento, p. 421).
Los misioneros están obligados a leer solo libros y revistas y publicados por la iglesia. Esto se interpreta usualmente como las obras estándar SUD, Jesús el Cristo de James E. Talmage y Los artículos de fe, la Liahona, y Noticias de la Iglesia (Manual misional, p. 14).
Los misioneros no tienen permiso de ver televisión, escuchar radio o música moderna, leer periódicos, revistas, libros o cualquier otra literatura.
La correspondencia está controlada de muchas maneras. No se permiten llamadas telefónicas a la familia o amigos, y tampoco se permite “ninguna correspondencia... dentro de los límites de la misión” (Manual misional, p. 14). (En realidad se permiten las llamadas a la familia, pero solo dos veces al año: una vez durante la navidad y una en el día de la madre. Nota del Señor Pesquisas).
A veces, las grabaciones y los mensajes grabados han sido prohibidos en el CCM.
Los misioneros deben “dejar fuera de [sus] vidas todos los pensamientos y conversaciones sobre su casa, escuela, novias y cosas mundanas” (Manual misional, p. 20). Con este fin, a menudo se anima a los misioneros a que dediquen cada momento al trabajo misional. Por ejemplo, el tiempo que espera en la fila de la comida se considera como una buena oportunidad para leer los folletos misionales o aprender de memoria escrituras y diálogos.
(El nuevo manual misional incluye las siguientes reglas:
Escriba a su familia cada semana en el día de preparación. Limite la correspondencia con los demás. Comparta sus experiencias espirituales. Nunca incluya nada confidencial, delicado ni negativo acerca de las zonas en las que sirve.
Correo electrónico
Puede comunicarse con su familia y con el presidente de misión por correo electrónico, siguiendo las pautas aprobadas. Utilice solo MyLDSMail.net, el servicio filtrado establecido por la Iglesia. No utilice ningún otro servicio de correo electrónico ni ningún otro servicio de Internet ni sitio que no haya sido autorizado.
Utilice el correo electrónico solamente en el día de preparación. Puede usar computadoras en lugares públicos, tales como las bibliotecas o los negocios apropiados que ofrezcan acceso a Internet. Cuando use la computadora, permanezca siempre al lado de su compañero para que el uno pueda visualizar el monitor del otro. No use las computadoras de los miembros. Si hace un mal uso del correo electrónico o de las computadoras, puede perder el privilegio de usar el correo electrónico.
Tal como lo indica su carta de llamamiento, “se espera que dedique todo su tiempo y atención al servicio del Señor, poniendo en segundo plano sus asuntos personales”. No se obsesione por comunicarse con la familia y los amigos. Nota del Señor Pesquisas).
El espacio no permite una explicación de los muchos otros ejemplos de aparente control del entorno del misionero SUD. Es importante hacer notar que el control del entorno no consiste en solo uno de estos ejemplos, sino que es el resultado de su poderosa combinación en un solo entorno.
2. La manipulación mística. Después del control del entorno, el practicante de la reforma del pensamiento trata de “causar patrones específicos de comportamiento y emoción de tal manera que [estos patrones] parecerán haber surgido espontáneamente desde el entorno” (Lifton, Reforma del pensamiento, p. 422). Estas manipulaciones están dirigidas a realzar la validez y la omnisciencia del liderazgo e ideología predominante a través de las experiencias místicas. Sin embargo, tales experiencias son usualmente generadas a través de procesos para nada místicos, tales como la manipulación directa de variables emocionales individuales y el uso extenso de la hipótesis falsa de una relación de causa-efecto (ad-hoc. Por ejemplo, el pensar que, si leo todos los libros recomendados por la Primera Presidencia, voy a tener más bautismos, lo cual no tiene nada que ver con la premisa inicial) o las profecías autocumplidas (el comportamiento influenciado por las expectativas de alguien que lo observa). Según los expertos, cuanto más mística o indemostrable sea la supuesta relación entre la causa y el efecto o la profecía y el cumplimiento, más omniscientes y elegidos parecen ser los intérpretes de esa relación.
El CCM y el campo misional usan tales formas de manipulación mística. Por ejemplo, las prácticas alrededor de la definición de objetivos en el CCM, parecen implicar la manipulación directa de variables emocionales individuales:
Durante la primera semana de estadía en el CCM, a los misioneros se les requería establecer metas sobre el número de charlas o presentaciones de proselitismo (ocho en total) que aprenderían de memoria durante su estadía de ocho semanas. Justo antes de una sesión formal de establecimiento de metas, a los misioneros se les mostraba la producción de BYU, “La última carrera de John Baker”. Inmediatamente después, los misioneros eran llevados a sus aulas respectivas para establecer metas. Curiosamente, la investigación ha mostrado que esta película, que retrata la lucha de un joven contra el cáncer y se refiere a un tema de persistencia, inculca en la audiencia una tendencia de perseverar más en tareas de resolución de problemas para las cuales no existe solución alguna (Scott D. Miller, “Los efectos del modelo afectivo positivo en las tareas relacionadas con la persistencia,” escrito inédito, 1982).
(A medida que las charlas misionales o las técnicas de enseñanza cambian, los requerimientos son diferentes, pero en realidad son básicamente lo mismo: memorizar sermones breves, tener metas de cuántas personas debe uno encontrar por semana, cuántos debe bautizar, etc. En mi misión se esperaba que bautizáramos a diez personas al mes, y a pesar de que esto era algo totalmente fuera de nuestro poder, trabajábamos y planeábamos como si el trabajar duro y el tener fe hubiera sido suficiente como para cambiar la voluntad de diez personas al mes en cada área en la que hubiera misioneros. No hace falta aclarar que, sin importar la cantidad de fe o de las horas que trabajáramos y las puertas que tocáramos, si la gente no quería bautizarse, no se bautizaba. Esto a su vez nos causaba una terrible decepción y una disonancia cognitiva terrible, llevando a muchos misioneros a hacer cosas absolutamente en contra de las reglas, tales como bautizar a borrachos, a niños sin el permiso de sus padres, a escribir en las fichas bautismales nombres sacadas de las lápidas en los cementerios, etc. Otros, como yo, quienes tomaron su misión muy en serio, trabajamos aún más duro, nos levantamos más temprano, estudiamos más, y, en conclusión, nos metimos más y más en este proceso de reforma del pensamiento por nuestra propia voluntad, un proceso que, desde afuera, es obviamente un intento de manipulación emocional prácticamente abusivo. Nota del Señor pesquisas).
Los más recientes ejemplos de manipulación mística del CCM son atribuidos ya sea al uso del razonamiento post-hoc o a las profecías autocumplidas. Por ejemplo, una misión pidió que los misioneros llevaran puestos sombreros derby negros durante los meses de invierno. A los misioneros renuentes a usar esos sombreros tan fuera de moda se les dijo que, debido a que se rehusaron a participar, ellos, así como también sus compañeros, no podrían encontrar a los conversos. Tales predicciones y explicaciones, sinceras y sin gracia, parecen ser la regla en el entorno misional. (Y por supuesto, al pensar que está rompiendo una regla esencial, el misionero siente menos confianza en su habilidad personal de encontrar investigadores, haciendo que, como consecuencia, encuentre menos investigadores. Eso es una profecía auto cumplida. Nota del Señor Pesquisas).
3. La exigencia de pureza. Aquí, el entorno de reforma del pensamiento trata de polarizar el mundo del individuo con las definiciones preconcebidas de pureza e impureza de la ideología: “Lo bueno y lo puro,” dice Lifton, “son por supuesto esas ideas, sentimientos y acciones que son consistentes con la ideología totalitaria” (Lifton, Reforma del pensamiento, p. 423). (O sea, si yo, como líder de alguna organización, decido que jugar basquetbol es impuro, entonces si los miembros de mi organización deciden no cumplir con esa regla, están siendo “impuros”. En la iglesia vemos algo similar con algunos mandamientos como el tener barba o pelo largo, el llevar una camisa de color los domingos, el tomar té o café, o el mirar las noticias en la misión, etc., cosas que no tienen nada que ver con ser moral o no, pero que, por medio de un proceso de repetición, de ejemplificación y de refuerzos negativos, la iglesia ha convencido a su membresía que son cosas inmorales, o impuras. Nota del Señor Pesquisas). Los criterios para la pureza están generalmente definidos a través del establecimiento de reglas que se extienden a cada aspecto y dominio de la vida individual. Además, se exige la conformidad absoluta con las reglas para que la pureza sea mantenida y que la mayor misión – siempre dependiente de la pureza del grupo – sea completada. (En la iglesia escuché cientos de veces cosas como “el agua hierve a los cien grados, no a los noventa y nueve”, queriendo decir que solo la obediencia perfecta es aceptable. Nota del Señor Pesquisas).
¿Cómo es que esto da como resultado la reformación del pensamiento? Lifton explica: “Al definir y manipular los criterios sobre la pureza, y entonces llevar a cabo una guerra total contra la impureza, los [controladores] crean un mundo estrecho de culpabilidad y vergüenza [individual]” (Reforma del pensamiento, p. 424). Tales sentimientos de culpabilidad y vergüenza son entonces fácilmente manipulados para lograr la reformación y rededicación individual (Vergüenza, humillación, sentimientos de culpa, etc., es lo que se llaman “refuerzos negativos” en la psicología de la conducta o en el conductismo. Nota del Señor Pesquisas).
Como ya se ha demostrado, el CCM y el campo misional son entornos altamente controlados. También parece evidente que estos entornos funcionan bajo la alta demanda de pureza delineada por el liderazgo de la misión y las políticas de la iglesia SUD. Para ver un ejemplo, uno solo necesita observar las reglas rigurosas que rigen el comportamiento sexual del misionero o el constante énfasis en la pureza sexual encontrada en el entorno misional (Manual misional, pp. 13, 14, 15, 20).
4. La confesión personal. En el entorno de reforma del pensamiento, hay usualmente una gran cantidad de confesión personal, la cual a menudo ocurre en combinación con el tema de la exigencia de pureza. En este proceso, el entorno establece un extenso y estricto control, siguiendo esas normas con la demanda de que todas las reglas deben ser obedecidas, y concluye insistiendo en que cada falta sea confesada a las autoridades apropiadas. De esa manera, donde “el pecado es inducido artificialmente… la confesión se convierte en un recurso para explotar en lugar de ofrecer paz para las vulnerabilidades [personales]” (Lifton, Reforma del pensamiento, p. 425). (En otras palabras, la misión crea reglas innecesarias y muy difíciles de cumplir, lo cual inevitablemente lleva a un misionero a sentirse culpable por no poder cumplir con todo. Al sentirse tan mal, el misionero se ve en la necesidad de “confesarse”, ya sea a su líder local o a su presidente de misión, lo cual a su vez hace que el misionero se sienta más dependiente de ese líder. Nota del Señor Pesquisas).
Lifton describe tales actos personales de confesión como “unos recursos para mantener un perpetuo vaciamiento interior o la purga psicológica de la impureza... abandono de sí mismo... y la exposición total” (Reforma del pensamiento, p. 425). (No sé cuántas veces mi presidente de misión nos repitió la historia del presidente Hinckley en la que su padre le dijo, en una carta, que se olvidara de sí mismo y que se pusiera a trabajar. Esto representa el absoluto renunciamiento a las necesidades personales a favor del esfuerzo de aumentar el número de la iglesia. Nota del Señor Pesquisas).
La confesión personal parece desempeñar un papel importante en todo el proceso misional. Por ejemplo:
Un candidato para el trabajo misional es entrevistado por su obispo con una serie de preguntas concernientes a su dignidad. En ese momento, se espera que el futuro misionero confiese todos los pecados de los que no se haya arrepentido. Después, el candidato recibe otra entrevista, esta vez con el presidente de estaca, quien hace las mismas preguntas. En algunos casos, se le puede pedir a las Autoridades Generales o a la Primera Presidencia que entrevisten a un futuro misionero (Spencer W. Kimball, Ensign, octubre 1974, pp. 2-14).
La confesión continúa en el CCM con entrevistas semanales con su líder de distrito y con entrevistas cada dos semanas con el presidente de rama y obispo. También, los misioneros son urgidos todo el tiempo a que se purifiquen por medio de la confesión directa de cualquier pecado pendiente o nuevo.
5. La aceptación de que el dogma básico del grupo es sagrado. El entorno de reforma del pensamiento generalmente asevera que su dogma básico es sagrado. Por consiguiente, los individuos están usualmente obligados a prescindir de las “preocupaciones comunes de la lógica” y por fe aceptar el dogma como verdad absoluta. Lifton señala que estas aseveraciones totalitarias del dogma sagrado y el consiguiente rechazo de la lógica común son usualmente “evidentes en la prohibición (ya sea explícita o no) contra el cuestionamiento de suposiciones básicas y en la reverencia que es exigida para los creadores de la Palabra, los portadores presentes de la Palabra, y la Palabra en sí misma” (Reforma del pensamiento, pp. 427-28).
(Recientemente, alguien dejó un comentario en uno de mis videos de YouTube diciendo lo siguiente:
Cuando esta persona dice “obedecer ciegamente a DIOS”, obviamente se está refiriendo a obedecer ciegamente a los líderes de la iglesia, quienes, esta persona cree, hablan directamente por Dios. Nota del Señor Pesquisas).
Esta aura de santidad, la prohibición en contra del cuestionamiento y la reverencia requerida hacia las autoridades permiten que el individuo escape eficazmente de la responsabilidad de tomar decisiones. Con el paso del tiempo, los individuos aprenden a censurar sus propias decisiones y, en lugar de [pensar por sí mismos], someterse a las decisiones de los que están en control. Erich Fromm ha llamado a este fenómeno del entorno totalitario “escape de la libertad”.
Aquí, otra vez, el CCM y el campo misional parecen usar los criterios de Lifton. Por ejemplo, a los misioneros frecuentemente se les instruye que el cuestionar el dogma o criticar al liderazgo obstaculiza el trabajo de Dios. Para este fin, cualquier pensamiento o acción que cuestiona la santidad del dogma, la lógica de las suposiciones, o los dictámenes de los líderes trae una amonestación inmediata. (En un discurso a la asociación de estudiantes SUD en 1986 y en el documental The Mormons, Elder Oaks dijo que “está mal criticar a los líderes, aun si esa crítica es verdadera”, y yo por años me sentí terriblemente culpable porque después de una experiencia personal con el élder Scott en Chile sentí que este hombre era una persona pomposa y fría. Nota del Señor Pesquisas).
6. La limitación o “la carga” del lenguaje. En este proceso, el lenguaje es “caracterizado por el cliché de finalización del pensamiento. [En otras palabras,] el problema humano más complejo y de mayor alcance es condensado en frases breves, altamente reduccionistas, que suenan definitivas, fáciles de memorizar y de expresar” (Reforma del pensamiento, p. 429). Tal carga del lenguaje trabaja para limitar las capacidades verbales del individuo. Dado que la experiencia humana de pensamiento y de sentimiento son dependientes de esa capacidad, la limitación del lenguaje resulta en un deterioro del funcionamiento intelectual.
No es difícil encontrar ejemplos de limitación de lenguaje en el CCM y el campo misional. Quizá la ocurrencia más obvia de carga de lenguaje en estos entornos es el uso de las charlas misionales estandarizadas. En estas charlas, los asuntos complicados son reducidos a charlas breves, frases que suenan autoritarias y que el misionero tiene que memorizar. Ciertamente, la reciente revisión ha reducido más allá su longitud y complejidad a niveles compatibles con una educación de quinto grado. Además, en el pasado incluso el testimonio personal ha sido ensayado, y las charlas señalan cuándo el misionero debe dar su testimonio y lo que generalmente debe decir. A los misioneros se les indica dar las charlas ya sea como están delineadas o de manera exacta a los futuros conversos. (Cuando yo fui a la misión debíamos memorizar las seis charlas misionales y darlas tal cual. Hoy el enfoque es más suelto y el misionero tiene la libertad de improvisar el tema de la charla, pero no puede elegir realmente lo que decir, sino que tiene un limitado menú de opciones basadas en el manual Predicas mi evangelio. Nota del Señor Pesquisas).
Otros ejemplos de este criterio en el CCM y en el campo misional incluyen:
Luego de estar tres días en el CCM, los misioneros de lenguas extranjeras están obligados a hablar solo en el idioma de su misión. Como es lógico, los materiales están altamente cargados de detalles de vocabulario específicos a la fe SUD y al trabajo misional. (A los misioneros que no están familiarizados con un nuevo lenguaje se les insta a repetir frases hechas, a decir oraciones casi literales, etc. Es típico ver a misioneros que hablan muy bien un idioma extranjero, pero cuando uno habla de algo que no está relacionado a la religión, tienen mucha dificultad expresándose. Nota del Señor Pesquisas).
En muchos casos, los misioneros son instruidos a que se aprendan de memoria el Manual misional, el cual contiene las políticas y las reglas de la misión.
7. La subordinación de la persona a la doctrina. Este criterio es impuesto en el entorno de la reforma del pensamiento en un intento de crear una ruptura entre la experiencia humana real y la interpretación de esa experiencia por la ideología predominante. Específicamente, los individuos están obligados a aceptar por fe la interpretación de la ideología de eventos pasados, presentes y futuros. Las interpretaciones personales o exteriores de esos mismos acontecimientos son consideradas “poco ortodoxas” y deben ser ignoradas. Como resultado, los individuos son empujados más hacia las influencias reformatorias presentes en su entorno. (Cuántas veces se me ha dicho que, si realmente quiero aprender de los mormones, debo leer fuentes “oficiales” o directamente preguntarles a los mormones. Las fuentes externas a la iglesia son rechazadas, sin importar lo autoritarias que sean. De hecho. El élder Ezra Taft Benson dijo, “si existe un conflicto entre lo que se enseña en las escuelas y las palabras del Profeta, debéis creer lo que dice este último, pues no solo seremos bendecidos, sino que, con el correr del tiempo, también se nos dará la razón”. Nota del Señor Pesquisas).
El CCM y el campo misional claramente promueven interpretaciones de los acontecimientos de la vida de manera consistente con su propósito. Por ejemplo, una misión requería que sus misioneros salieran de sus casas para empezar el trabajo misional a las 9:25 A.M. en lugar de a las 9:30 A.M., tal como se especifica en el Manual misional (p. 15). Se les dijo a los misioneros que esos cinco minutos extras le demostrarían al Señor que realmente querían bautizar. Entonces, los misioneros que no salían de sus casas a las 9:25 A.M. fueron criticados por obstaculizar el trabajo de Dios (otra vez, refuerzo negativo. Nota del Señor Pesquisas). La aceptación de tal interpretación actúa para realzar la supuesta ortodoxia del misionero. El entorno misional contiene muchos otros ejemplos de esta práctica.
8. La dispensación de existencia. En este último criterio, “la convicción es que solo hay un camino hacia la existencia verdadera, solo una forma válida de ser, y que todos los demás caminos son forzosamente inválidos y falsos”. Según Lifton, se les comunica a los individuos que, en el entorno de la reforma del pensamiento, la noción de la ideología predominante es “la visión moral máxima para la dispensación de la existencia humana” (Reforma del pensamiento, pp. 434, 427). De esta manera, la existencia es igualada con aceptar el dogma del grupo. Tal aceptación de dogma básico es también realzada por la validación consensuada ofrecida al individuo a través del grupo. En otras palabras, aquellos que aceptan o se unen a la ideología del grupo son ellos mismos aceptados y congregados. Ellos pasan a formar parte de lo “bueno” o lo “digno,” que es parte de la misión que abarca todo. En términos sencillos, se les da la existencia o el ser. Para quienes han sido convencidos [o convertidos] de esta manera, cualquier pregunta o contemplación lógica seria de la ideología se convierte en un cuestionamiento de la existencia personal –una crisis de estar contra la nada. Tal técnica previene eficazmente el cuestionamiento individual del dogma del grupo.
Para los miembros SUD jóvenes, la dispensación de la existencia parece comenzar mucho antes de su llegada al CCM como misioneros. Desde niños, a los mormones se les enseña que la suya es la “única iglesia verdadera y viviente sobre la faz de la tierra” (DyC 1:30). Aquellos que niegan esta fe y apostatan pueden convertirse en “hijos de perdición,” quienes irán “a las tinieblas de afuera”. Algo semejante es decir que ellos son “los únicos sobre los que tendrá poder la segunda muerte,” y “mejor hubiera sido para ellos no haber nacido” (DyC 76:37, 32). Tales enseñanzas pueden explicar en parte la devoción extraordinaria que muchos mormones tienen hacia su iglesia y líderes misionales.
Este tema es también encontrado en la fomentación que los jóvenes mormones reciben para servir una misión. Los líderes [abogan] a favor de que cada varón SUD se prepare para servir una misión. Como resultado, los padres, los maestros en la iglesia y los líderes les dan instrucciones a los varones mormones de anticipar y prepararse para el día cuando saldrán a servir una misión. Tal enseñanza y preparación parecen actuar como una influencia para predisponerlos, eliminando la posibilidad de una decisión negativa con respecto al servicio misional.
Las preocupaciones éticas y teológicas
El análisis anterior indica que el entorno misional mormón utiliza varias estrategias similares a aquellas que se utilizan en entornos tradicionales de la reforma del pensamiento. Las técnicas que la iglesia utiliza como un acercamiento para lograr sus metas exigen una consideración cuidadosa, en particular por la repugnancia moral que radica en la noción del “lavado de cerebro” y los asuntos éticos y teológicos que surgen.
En defensa de tales métodos, algunos han sostenido la opinión de que la reforma del pensamiento ya permea la mayoría de las áreas de la vida humana. La televisión, la publicidad, las escuelas de entrenamiento militar y los centros de rehabilitación de alcohólicos y de adictos a las drogas son, a menudo, citados como ejemplos de tal práctica. Generalmente, el uso de tales métodos en estas instancias es considerado como favorable. Después de todo, tales prácticas dan la apariencia de estar motivadas por una meta justificable: la mejora del género humano. También, el uso de estos procesos en organizaciones como las fuerzas armadas, las fuerzas policiales y los programas de autoayuda, tiende a realzar su validez y aceptación. ¿Entonces, qué daño puede haber en que la iglesia SUD utilice este método para convertir al mundo al evangelio de Jesucristo?
Como una defensa adicional, podría ser notado que el CCM simplemente utiliza un proceso sofisticado, rápido y aparentemente efectivo para educar a los misioneros en los campos del lenguaje, la cultura y las técnicas de proselitismo. Ciertamente, estos resultados han sido reconocidos como sumamente exitosos por agencias exteriores significativas, incluyendo los servicios armados, los negocios internacionales, los entrenadores expertos en idiomas y otros (Marvin K. Gardner, Ensign, octubre de 1983, pp. 12-13). A cada paso, los métodos usados para lograr este trabajo parecen ser incitados por deseos altruistas de fomentar el plan de Dios o por consideraciones prácticas para dirigir el entrenamiento de un cuerpo tan grande y diverso de jóvenes.
Desafortunadamente, las evidencias de efectividad y devoción a este propósito pasan por alto el problema ético fundamental de la reforma del pensamiento. Los procesos fundamentales involucrados en tales métodos de adoctrinamiento, aunque son útiles para instrumentar la cohesión del grupo, impiden la expresión de individualidad. De hecho, cuando la conformidad, los estereotipos y las metas del grupo son puestas por encima del valor de la persona, la individualidad deja de existir. Mientras que las organizaciones seculares tales como entidades corporativas, negocios o los servicios armados pueden prosperar en tales entornos estériles, me parece que la experiencia religiosa debería favorecer una experiencia profundamente personal e individual.
Adicionalmente, el uso de tales métodos educativos hace surgir un problema teológico importante. Debemos recordar que la reforma del pensamiento trata de acomodar el entorno de tal manera que la elección individual y la reflexión cuidadosa son eliminadas. Como resultado, los individuos son manipulados para adoptar sistemas de creencias y acciones que podrían ser completamente diferentes bajo circunstancias que facilitan la elección y el análisis. Tal elección forzada (o coerción) parece estar en conflicto con la teología básica SUD. De hecho, Joseph Fielding Smith comenta que fue “el plan de Satanás al principio... obligar” y que el libre albedrío “es un principio divino... el único principio sobre el cual puede llegar la exaltación” (Joseph Fielding Smith, Doctrina de Salvación, 1:70). Las escrituras y la literatura SUD están llenas de declaraciones similares enfatizando la verdad eterna de la elección y del libre albedrío. Por consiguiente, la existencia de influencias en el entorno misional mormón que pueden ser perjudiciales para estas doctrinas parece ser un poco irónico.
Actualmente, da la apariencia de haber un pequeño indicio de que los líderes SUD revisarán el programa de entrenamiento misional dentro de poco. De hecho, el Comité de Correlación de Evaluación de la Iglesia ha contratado los servicios de un equipo de sociólogos y ha asignado un presupuesto anual estimado en medio millón de dólares para identificar las variables a menudo presentes en la conversión religiosa y el adoctrinamiento misional. Este estudio está dirigido a producir programas misionales mejores y más institucionales, programáticos y productivos. (Este ensayo fue presentado en 1983. Yo estuve en el CCM en el 97 y todavía era prácticamente idéntico a lo que el sr. Miller describe. Nota del Señor Pesquisas).
Quizá el asunto entero de la reforma del pensamiento en el entorno misional SUD puede ser observado como sintomático de una preocupación más grande. Erich Fromm ilustra cómo las pequeñas organizaciones que experimentan un crecimiento masivo típicamente comienzan a utilizar métodos totalitarios para sostener y controlar a su membresía (Escape de la libertad, p. 304-27). De modo semejante, así como la membresía en la iglesia SUD ha crecido a niveles impresionantes durante las últimas décadas, así también lo han hecho la tendencia hacia un mayor control centralizado y una administración completa. Mientras estas tendencias persistan, “la libertad para pensar y creer como a [uno] le plazca”, la cual José Smith vio como una característica de la religión de los santos de los últimos días, estará en peligro (Historia de la Iglesia, 5:340; 5:215).
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SCOTT D. MILLER se graduó con honores de la Universidad Brigham Young en psicología y trabajó como asistente graduado en el programa de psicología en la Universidad de Utah.
Excelente podcast Manuel... revolviendo en mi cabeza los recuerdos de la misión no puedo evitar sentirme plenamente identificado con cada punto que tocas...lo de la piedra en el sombrero no deja de sacarme terribles carcajadas;lo decís en el momento justo y esta buenisimo 😂 este programa fue largo ya lo escuché 2 veces y todavía creo que no le saqué todo el jugo...voy por la tercera vuelta... saludos desde bsas...genio
ResponderEliminarEnserio lo ven asi?? Tiene que ser un chiste o simplemente son las palabras de un resentido por alguna mala experiencia que vivio co. Alguien y se descarga con todos por no enteder y no querer entender lo que el mensaje de evangelio enseña .. o un pecador queriendo justificar sus pecador con estos comentarios llenos de angustia y frustracion.
EliminarSi alguna vez fuiste a reclamar algo sobre algun tema , el que sea , y lo que obtuviste fue una censura, te puedo asegurar que el que estaba en error no eras tú sino aquel que cometio ese error, pueder ser un lider o autoridad en tu unidad.
La unica forma de poder reclamar algo es previamente haber estudiado el tema, llenarte de información, cuestiona haste preguntas anotalas, meditalas, estate atento a cada uno de los sentimientos que lleguen a ti, luego con humildad y con un verdadero deseo de saber La verdad, busca a Dios, nuestro padre celestial, el único dador de toda verdad y poder, y ten una conversación intima con el. Yo se que el te responderá y te enseñará la verdad de todo, lo se porque ya pasé por situaciones asi y el fue el único , realmente testifico de ello. Te deseo lo mejor.. sé feliz!!
Sí, en serio lo vemos así. Pero entiendo por qué te conviene pensar que somos resentidos.
Eliminar'ches mormoncitos luego luego salen,que uno es resentido, que si algo no te gusto que por eso nos alejamos de la corporacion LDS, es que todo es una farsa,un engaño disfrazado de cristianismo.Ese es motivo por el que nos alejamos.no le busquen mas explicaciones.
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